sábado, 9 de julio de 2011

Los editores piden una ley de Bibliotecas para contener la caída de ventas de libros

El sector del libro español ya constata los efectos negativos de la crisis. La facturación de los editores españoles decreció el 7% en 2010 respecto al año anterior. Sin embargo, esta caída es más sangrante en el segmento de las ventas institucionales a bibliotecas y administraciones públicas. El Estado y las comunidades autónomas tienen cada vez menos dinero para comprarles a los editores sus libros.

No en vano, las ventas de libros para las bibliotecas públicas descendieron la friolera del 43,7% en 2010 sobre los datos del ejercicio anterior. Son las cifras que anunció hoy la Federación Gremios de Editores de España (FGEE), durante la presentación de los Informes de Comercio Interior y Exterior del Libro en España 2010.

“Debería aprobarse una ley de Bibliotecas como existe una Ley del Libro para contener los actuales recortes presupuestarios. Las bibliotecas públicas son centros que se visitan más que los museos y se pueden eliminar otras partidas del gasto público menos importantes para la cultura” , exigió Antonio María Ávila, director ejecutivo de la FGEE.

Así, el gremio de editores también desveló que muchas consejerías autonómicas de Cultura remiten circulares a los departamentos correspondientes para que reduzcan la compra institucional de libros tanto para bibliotecas como para colegios e institutos.

En este sentido, la partida institucional dedicada a libros de texto para Primaria y Secundaria disminuyó el 7% en 2010, por “una política irracional de gratuidad de libros de texto de algunas comunidades autónomas”, explicaron los responsables de la FGEE.

Así, la FGEE señaló como culpables de esta situación a comunidades como Andalucía, Aragón y Castilla La Mancha, gobernadas por el PSOE en 2010.

“El que se trate a los hijos de Emilio Botín (Banco Santander) como a mis hijos es totalmente irrazonable”, dijo Ávila respecto a las políticas de libros gratuitos de dichas comunidades.

Los responsables de la FGEE sí se mostraron partidarios del cheque libro, medida que se implantó, por ejemplo, en la Comunidad de Madrid, porque, según aseguran, favorece más las ventas de las editoriales.

“Cuando un padre acude con dicho cheque a una librería para comprar libros escolares también dinamiza la red de los libreros con la adquisición de otros títulos no docentes”, añadió Ávila.

El año pasado, los editores españoles vendieron 228, 23 millones de ejemplares de los 79.839 títulos editados. De este volumen de edición, cerca de 36.000 unidades suelen ser libros educativos, buena muestra de la importancia que tiene para el sector editor tener como proveedores estables al Estado y las autonomías.

por: David González Torres

http://www.aviondepapel.tv


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