sábado, 9 de julio de 2011

Los 70 años de Sigmar, la primera editorial infantil argentina


La educación literaria de varias generaciones de argentinos comenzó a moldearse al calor de las publicaciones de Sigmar, la primera editorial dedicada al público infantil que celebra por estos días sus 70 años con un catálogo que ilustra la apertura del género hacia temáticas más complejas y la incorporación de nuevos soportes sensoriales.

Tres generaciones de la familia Chwat se han involucrado con el destino del emprendimiento editorial desde que Sigfrido -el patriarca de la familia- alentó su fundación, decidido a dejar su huella en un rubro que allá por 1941 sólo ofrecía un puñado de títulos importados que se limitaban a reproducir en idioma castellano los contenidos pensados para el pequeño lector de otras latitudes.

"Cuando mi padre decidió fundar la editorial, había en el país varios libros importados pero ninguno de producción nacional.

Al principio, se imprimían acá algunas de las obras que antes se importaban, pero al poco tiempo se empezó a trabajar también para ofrecer contenidos propios", aseguró Roberto Chwat -actual director del sello- en diálogo con Télam.

El catálogo de Sigmar está integrado en la actualidad por más de 3.000 títulos ilustrados a los que se agregan por año casi trescientas novedades destinadas a una franja que abarca desde el nacimiento hasta los 12 años en todos los formatos posibles: cuentos, novelas, obras para el momento del baño y libros de información, entre otros.

Una de las primeras colecciones lanzadas por la compañía editorial fueron relatos inspirados en historias de Walt Disney, quien incluso llegó a mantener una reunión con Sigfrido Chwat en el marco de la única visita que realizó a la Argentina el célebre guionista y animador norteamericano.

"Fue justo en 1941. Hubo una reunión de licenciatarios realizada en el hotel Alvear y de ella participó mi padre. Desde entonces siempre publicamos obras de Disney -apuntó-. De hecho somos una de las editoriales que tiene más años como licenciatarios de esa compañía en todo el mundo".

Muchos cambios se han producido en el rubro de la literatura infantil desde que Sigmar abrió sus puertas: el más significativo tal vez es la intensa renovación temática generada a partir de la incorporación de cuestiones más complejas como el divorcio o la indagación sobre el tiempo, a tono con una generación de lectores que incluye de manera cada vez más precoz contenidos que antes eran exclusivos de la vida adulta.

"Desde el punto de vista de los contenidos, las temáticas sociales se han complejizado en tanto hoy se habla más de todo con los chicos. Por eso se han incorporado con naturalidad temáticas como las del divorcio o los duelos, en las que antes ellos estaban al margen. Estos contenidos incluso son retomados también desde el colegio", analizó Chwat, que se desempeña en la empresa familiar desde hace 37 años.

"Otro aspecto que cambió muchísimo tiene que ver con la presentación: antes los formatos eran bien clásicos pero a medida que la tecnología lo fue permitiendo se fueron incorporando texturas, hologramos, materiales tridimensionales, pop ups, y sonidos. Estos nuevos materiales y soportes vienen de la mano de la conexión que tienen hoy los chicos con las pantallas y la tecnología en general", explicó el editor.

A pesar del rol excluyente que tiene la dimensión visual en la cultura contemporánea, Chwat está convencido de que el texto sigue teniendo un papel esencial que no ha perdido peso frente al avance de la imagen.

"Una cosa no excluye la otra. Hoy los chicos viven en un mundo mayoritariamente audiovisual: si nosotros queremos incorporarlos a la comprensión del texto y a la lectura tenemos que darles herramientas", dijo.

"En ese sentido, la incorporación de texturas y los pop-ups, les permite entretenerse y llegar a la lectura. Igual, en este proceso de introducción a la lectura es fundamental el acompañamiento de los padres y la familia en general", aseguró.

Sin embargo, los tiempos vertiginosos de la modernidad y la consecuente la falta de tiempo de muchos padres para sentarse junto a sus hijos e incentivar el hábito de la lectura, son un obstáculo que Cwhat no desconoce.

"La vida actual le deja menos tiempo a los padres para sentarse con los chicos a leer con ellos. Eso a su vez quiebra el vínculo que hay de placer de la lectura compartida", señaló.

"Ese fenómeno, sumado a la sobreexposición a los estímulos audiovisuales, hace que la lectura vaya perdiendo peso dentro de los hábitos y a su vez obtura la capacidad para entender lo que se está leyendo", agregó Chwat.

"En la Feria del Libro Infantil, por ejemplo, vienen muchos abuelos y padres con los chicos y notamos que aquellos que han sido incentivados a lo largo del tiempo en la lectura tienen mucho más interés en tomar un libro que aquellos que no tienen un contacto fluido con la lectura", ilustró.

Entre la novedades que Sigmar sumará a su catálogo a lo largo de este año figuran las colecciones Son Sonoros, cuyos libros emiten el sonido de los animales al apretar distintos botones; Giraojos, con atractivos personajes de ojos movedizos que sobresalen en cada página e interactúan con el relato; Ruiseñor, sobre cuentos clásicos con imágenes desplegables; y Esponjosos, cuatro innovadores libros de baño con sonajeros, chifles y espejitos.

En el segmento de cuentos, la editorial acaba de lanzar la colección Hilo Infinito, con ingeniosos relatos de Adela Basch y Franco Vaccarini, dos consagrados autores de la Literatura Infantil Argentina.

Paralelamente, se han incorporado a la serie Telaraña las obras "El verano de las adivinas", de Alejandro Castro, y "El afinador de mosquitos", de Valeria Dávila, respectivamente ganadores del primero y segundo premio del Premio Sigmar de Literatura Infantil y Juvenil 2010.

Entre las novedades de 2011, también se encuentra la reedición de dos series emblemáticas de Sigmar: por un lado, la colección Estrella -integrada por clásicos readaptados de la literatura universal cuya versión original data de 1961- y Leo con figuras, que invita a los chicos a aprender a leer de la mano de sus nuevas ilustraciones.




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