lunes, 27 de junio de 2011

Feria del Libro Judío

Un judío justo cayó en poder de los demonios. Con una sola plegaria podía salvarse, pero había perdido la memoria: sólo recordaba las letras del abecedario. Repitiéndolas con fervor, su ruego llegó al Señor”. El cuento lo cuenta la escritora Ana María Shua, a propósito de la Feria del Libro Judío “Davar: la palabra y el verbo”, que organiza la Sociedad Hebraica Argentina (SHA) para celebrar su aniversario número 85.

Entre los artistas y autores que participarán, además de Shua, se encuentran Marcelo Birmajer, Ricardo Feierstein, Manuela Fingueret, Santiago Kovadloff, Diego Rosenberg, Myrtha Schalom, Diana Sperling, Martha Wolf y el rabino Daniel Goldman.

Con entrada libre y gratuita, los asistentes podrán participar de talleres de escritura, lectura de poesía, muestras de ilustraciones y fotografía y la recreación del programa de radio “Leer es un placer” conducido por Natu Poblet, que ganó el premio El Pregonero al mejor programa radial de libros, otorgado por la Fundación El Libro.

Ana María Shua, luego de relatar el cuento, explica su interpretación: “Como judía laica, me conmueve que la salvación haya sido precisamente el abeceda­rio: esa organización del caos de los sonidos del habla en el cosmos de la escritura. No es concebible que haya judíos analfabetos, porque en la esencia de lo judío está la Torá, esos cinco primeros libros de la Biblia que son Ley pero también Historia. Son la clave de nuestra identidad y representan la posibilidad y la obligación de salir del mundo práctico para internarse en el mundo virtual del pensamiento, el extraño, maravilloso y solitario mundo de la lectura.” A Birmajer, escritor, periodista y guionista cinematográfico, la biblioteca del la SHA le trae recuerdos de comienzos de los años 80: “Era mi sitio de lectura favorito. Allí encontraba libros de política y obras de ensayistas, poetas y prosistas, que no eran bien vistos por la dictadura y cuyos nombres faltaban en los ámbitos educativos y culturales oficiales. En esa biblioteca subterránea se respiraba un aire fresco que tardaría varios años en recorrer el país, recién después de la llegada de la democracia. De modo que, para mí, participar de la Feria del Libro Judío en esta institución es pagar una deuda de gratitud, la de un escritor que se formó entre la cinemateca y la ‘cueva de libertad’ de la calle Sarmiento”.

Diana Sperling, pensadora, docente, ensayista –y también invitada al encuentro– asegura que el judío es un pueblo de lectores: “No hay, en nuestra tradición, bibliotecas cerradas con candado ni torres que guardan los textos en sus alturas inexpugnables. Por el contrario, hay alfabetización temprana: las primeras lecturas públicas de la Torá datan aproximadamente de la época en que, allí muy cerca, Platón desarrollaba su pionera obra filosófica. Para los judíos, un chico se hace adulto cuando es capaz de leer por su propia cuenta. Y lo que lee es la Ley: madurar significa entonces hacerse responsable, responder ante la Ley, y eso solo es posible si los padres enseñan a leer y habilitan a los hijos a hacer su propia y cuidadosa lectura”, agrega Sperling.

“Davar” es el nombre que Alberto Gerchunoff –el autor de Los gauchos judíos – le dio a la revista literaria que editó la SHA entre 1945 y 1992. La traducción griega más aproximada al concepto hebreo “Davar” es logos: la palabra reflexionada o razonada. En el judaísmo bíblico puede significar dos temas centrales: “Asunto, cosa, plan o programa” y, también, “palabra creativa”, sinónimo de sabiduría precisamente porque tiene el potencial de diseñar, construir, edificar y crear según el plan o programa establecido. Es decir, algo así como el verbo de “Al principio era el Verbo”.

Agenda

Dónde: Sociedad Hebraica Argentina, Sarmiento 2233.
Cuándo: desde hoy a las 18. Entrada gratis. Más info: http://www.hebraica.org.ar/

http://www.revistaenie.clarin.com

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